viernes, 3 de abril de 2009

el canto del gallo

radio futura (1987)

El jaleo de los días de feria
ya se oía a un kilómetro del pueblo
y un extraño acento en el hablar
de los que halló por el camino.
Un coro de muchachas y una vieja
levantándose las faldas al bailar
y un jovencito de broma peligrosa
haciendo gala del orgullo local.
De los que dan dinero por la noche
para que nunca termine su canción,
para que sude el músico ambulante
su condición de vagabundo.
Es ya la hora del aperitivo
y todavía no funciona el tiovivo;
el músico buscó la acera en sombra
y la ventana donde olía a flor.
Tenga esta rosa blanca, señorita,
a cambio de su negro pensamiento;
¿por qué motivo temblaron sus labios?
Vio en sus ojos el fondo de un volcán.
Y mientras tanto corría la sangre
en la plaza, como un vino común
y las plumas de los gallos
por el aire volaban aun.
Quítese usted de en medio forastero
que ya no quedan señoritas en el bar
ya cantó como el gallo de pasión
pero esta es mi canción
y el baile va a empezar.
El músico ambulante se agarró del vaso
y sintió que flotaba en la luz artificial;
apuró el trago de madrugada,
un borracho imitaba el canto del gallo.
Se deslizó por una callejuela
antes de que empezase a clarear
y al pasar por la ventana enrejada
suavecito empezó a silbar.
Pero nadie conocía la tonada
que era inventada para la ocasión,
y se fue por el camino a contemplar
los desvelos de las ultimas sombras.
Y caminando iba pensando que ganar
siempre es tentar a la otra cara de la suerte,
y que por eso te hacen daño los huesos
cuando golpeas fuerte.
Y así se fue chasqueando los dientes
en memoria de algún actor
cuyo nombre se ha perdido
y que hacía de bandido.

Y sintió la alegría del olvido
y al andar descubrió la maravilla
del sonido de sus propios pasos
en la gravilla.


http://www.goear.com/listen.php?v=06fb785
http://www.lastfm.es/music/Radio+Futura/_/El+Canto+del+Gallo#shoutbox

Ya he manifestado mi preferencia por las canciones que cuentan una historia. Creo que una pieza ha de ser formalmente muy buena para vivir solamente de eso, de la forma pura sin contenido. Esta cancioncilla de Radio Futura ha sido siempre una de mis favoritas, y voy a ver ahora por qué.

El caso es que la pieza, como otras de Radio Futura, se mueve en las aguas intermedias de la ambigüedad, ya que no llega a estar claro ni dónde ocurre, ni cuándo, ni quiénes son todos los personajes que aparecen. Musicalmente también se encuentra en tierra de nadie, y no es fácil adscribirla a ningún estilo concreto. De hecho, la propia canción se desarrolla de un tirón, una canción-río, sin estribillo ni repeticiones. Creo que en este caso todo lo anterior es una virtud y va muy bien con el sentido de la historia y su carácter casi atemporal, impresionista.

El tema principal: un personaje incierto (músico ambulante, vagabundo), actúa o visita un pueblo que está en fiestas, y sufre un desengaño amoroso, o más precisamente es rechazado en un lance amatorio, abandonando el lugar. Existe una perspectiva desde fuera de la acción, con cierta distancia, sin énfasis; también hay una tensión constante entre los elementos de la canción que sugieren lo convencional, lo estable, como el pueblo gregario, la fiesta, sus costumbres a veces atávicas y los paisanos arquetípicos que en cierta forma excluyen al protagonista. Éste espera aprovechar el atractivo que le aporta el ser ajeno a esas convenciones, extraño y exótico (al pasar por la ventana enrejada / suavecito empezó a silbar), pero el resultado no es el esperado (nadie conocía la tonada); el extraño en la sociedad cerrada a la que se enfrenta (y que de alguna forma le necesita para celebrar sus ritos) es rechazado y ha de permanecer fuera, sin estabilidad (y se fue por el camino a contemplar / los desvelos de las ultimas sombras).

El final me parece de lo más interesante. En lugar de hundirse ante su situación, caer en la melancolía o reaccionar con agresividad, el vagabundo asume su condición, que es la de un errar continuo, vivir en el cambio y no en la estabilidad o en la convención: caminando iba pensando que ganar / siempre es tentar a la otra cara de la suerte. El final es casi zen, por lo que dice y por ese pie quebrado del último verso: y sintió la alegría del olvido / y al andar descubrió la maravilla / del sonido de sus propios pasos / en la gravilla.

Parece querer decirse: sólo el que acepta el cambio como constante en su camino, llega a entender la maravilla del propio caminar. Apliquémonos el cuento. O no.
03.04.09

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