martes, 29 de septiembre de 2009

Lithium

Lithium
nirvana

I'm so happy 'cause today
I've found my friends ...
They're in my head
I'm so ugly, but that's okay, 'cause so are you ...
We've broken our mirrors
Sunday morning is everyday for all I care ...
And I'm not scared
Light my candles, in a daze
'cause I've found god
Yeah ...

I'm so lonely but that's okay, I shaved my head ...
And I'm not sad
And just maybe I'm to blame for all I've heard ...
But I'm not sure
I'm so excited, I can't wait to meet you there ...
But I don't care
Im so horny, but that's okay ...
My will is good
Yeah..

I like it - I'm not gonna crack
I miss you - I'm not gonna crack
I love you - I'm not gonna crack
I killed you - I'm not gonna crack

I'm so happy 'cause today
I've found my friends ...
They're in my head
I'm so ugly, but that's okay, 'cause so are you ...
Weve broken our mirrors
Sunday morning is everyday for all I care ...
And I'm not scared
Light my candles in a daze ...
'cause I've found god
Yeah, yeah, yeah

I like it - I'm not gonna crack
I miss you - I'm not gonna crack
I love you - I'm not gonna crack
I killed you - I'm not gonna crack



Estoy tan contento porque hoy me he encontrado con mis amigos;
están en mi cabeza...
Soy tan feo, pero está bien, porque tú también lo eres...
Hemos roto los espejos,
EL domingo por la mañana es cualquier día para lo que me importa
Y no tengo miedo,
Enciendo mis velas en mi deslumbramiento,
He encontrado a Dios, sí.

Estoy tan solo, pero está bien, me he afeitado la cabeza,
Y no estoy triste,
Y sólo quizás, soy culpable de todo lo que he oído,
Pero no estoy seguro,
Estoy tan nervioso, no puedo esperar para encontrarte allí,
Pero no me importa,
Estoy tan caliente, pero está bien,
Mi deseo es bueno.

Me gusta, no me voy a romper;
Te echo de menos, no me voy a romper;
Te quiero, no me voy a romper;
Te he matado, no me voy a romper.

http://www.youtube.com/watch?v=IdyKAFfpw0U


El lithium al parecer es un medicamento que se les da a los esquizofrénicos y a los maníacos.


Una vez, en un trabajo, conocí durante un tiempo a alguien con algo parecido al de la canción. No era amigo mío, y solamente supe lo que tenía después de que él dejara de trabajar allí. La verdad es que durante el tiempo que coincidimos, la situación no era muy agradable. No es que unos días estuviese contento y otros depresivo, sino que en menos de cinco minutos parecía que dos personas distintas usaran el mismo cuerpo. De repente todo le resultaba motivo de broma, y también de repente los gritos sustituían a los chistes. Los demás se reían a veces de él, siempre a sus espaldas (hay que tener mucha confianza en una misma para reírse de alguien a la cara). Pero a la vez que se reían, le tenían miedo. A veces nos reímos de miedo.

Mi amigo Diego, que me saca unos poco años, me explicó la historia de Kurt Cobain y de esta canción, y del grunge, y me habló de Seattle y de paso, también me explicó por qué a veces lleva pantalones vaqueros rotos. Yo casi no me acuerdo de cuando iba al colegio y a las hermanas mayores de mis amigas se les quedó un lunes una cara larguísima, porque Kurt Cobain se había suicidado. No lo entendí entonces (¡para mí ese chaval rubio sin barba no era tan guapo!). Pero al crecer yo también he cambiado, he cambiado mucho y varias veces (¡y no hablo de cuando a una le salen las tetas y tiene la regla!), y sé que una persona puede ser muchas a la vez, una detrás de otra o al mismo tiempo. A todos nos gusta pensar que los otros son siempre los mismos, y que podemos fiarnos de cómo son, y cuando no es así, nos sentimos angustiados, incluso un poco traicionados, y nos entra el miedo.

Mi amigo el gato negro, que esta noche está especialmente nervioso al otro lado de la ventana, venga a ir de un lado al otro del tejado, parece saber algo más sobre el tema. Dime, gato, ¿cuántas personas caben dentro de una persona? ¿Cuántas veces podemos cambiar y seguir siendo los mismos sin perder la razón? ¿Cuál es el nombre secreto del dios de la locura?

Pandora, o mejor dicho, todas estas Pandoras pequeñitas, como muñecas rusas unas dentro de otras, se despiden hasta otro día.

Besos.








jueves, 24 de septiembre de 2009

Alberta

http://www.youtube.com/watch?v=23w53gbtSBo

Mi amigo Diego me suele pasar discos de soul y de blues. Me gustan más los de soul, pero a veces escucho blues un rato, sobre todo cuando estoy sola y hay luna llena; abro la ventana de mi cuarto y pongo la música, y me fumo un cigarrillo sin que lo sepan mis compañeros de piso, que llevan mal lo del tabaco. Después de un rato, cuando los vecinos protestan porque es tarde y al día siguiente hay que ir a trabajar, quito la música, cierro la ventana y me voy a dormir algo triste, con esa tristeza de regusto un poco dulce que deja blues.

Hay un blues de Eric Clapton que me gusta mucho: se llama “Alberta”, y el nombre no es el de la ciudad de Canadá, sino el de una chica. Es la historia de un hombre que se queja de que su chica o su mujer, no se sabe, ha pasado la noche fuera:

Alberta, Alberta,
Where you been so long?
Alberta, Alberta,
Where you been so long?
Ain't had no loving
Since you've been gone.

Alberta, Alberta,
Where'd you stay last night?
Alberta, Alberta
Where'd you stay last night?
Come home this morning,
Clothes don't fit you right

Alberta, Alberta,
Girl, you're on my mind.
Alberta, Alberta,
Girl, youre on my mind.
Ain't had no loving
Such a great long time.

Alberta, alberta,
Where you been so long?
Alberta, alberta,
Where you been so long?
Ain't had no loving
Since you've been gone.

Alberta, Alberta, dónde has estado tanto tiempo?
Nadie me ha querido desde que te fuiste.

Alberta, Alberta, ¿dónde has estado esta noche?
Has vuelto a casa esta mañana, y la ropa no te quedaba bien.

Alberta, Alberta, te tengo en mi pensamiento,
Nadie me ha querido durante tanto tiempo...

Alberta, Alberta, dónde has estado tanto tiempo?
Nadie me ha querido desde que te fuiste.


Yo alguna vez he pasado la noche fuera mientras alguien me esperaba en casa, y luego me lo han echado en cara, así que entiendo a la chica, a la que resulta que su vestido no le ajusta tan bien como al salir. El caso es que bien mirado, da la impresión de que el hombre no quiere echarle la bronca, sino que más bien es del tipo de dar lástima: “¡Mira cómo he estado aquí solo, triste, mientras tú te lo pasabas en grande por ahí! ¿No te doy pena?”. Este tipo de tíos creo que es el peor de todos, casi prefiero al que te levanta la voz. Me imagino a Alberta diciéndole al tipo: “Pues sí, me he ido por ahí, he estado con mis amigas, y también con mis amigos, por qué no, y he bebido y he fumado y hemos ido toda la noche de un sitio para otro. ¡Y no pasa nada!”.

Qué difícil es estar con alguien sin encadenarse a perpetuidad. ¿Por qué las personas queremos que todo sea “para siempre” y “sólo para nosotros”? Claro que estar aquí sola, escuchando blues, con la ventana abierta y mirando a la luna, tampoco es lo mejor del mundo. Pero no está tan mal...

Hay un gato en el tejado de enfrente, un gato negro bastante simpático. Creo que le caigo bien.

Felices sueños,

Pandora.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Hymn to her


Tengo sólo veinticinco años, pero he dado muchos tumbos. Hace un tiempo estuve trabajando en una hamburguesería. Duré un par de meses porque el trabajo era duro, pagaban poco y los compañeros, que no duraban mucho, no me resultaban muy agradables. En realidad no me llevaba bien con casi ninguno.


Solamente tuve buenas relaciones con una chica italiana, Flavia. Era delgadita, con el pelo castaño y un poco ondulado, no muy largo; sonreía todo el rato, pero no con una sonrisa ingenua o infantil, sino más bien irónica. Solía llevar un colgante con una figurita de madera, una especie de Virgen María, aunque luego supe que representaba otra cosa. Creo que quería ser actriz. Le hacía mucha gracia un peruano que trabajaba en la cocina y tenía una voz muy profunda. El peruano, que se llamaba Carlos, solía gritar las comandas y se le oía por todo el restaurante. A veces, cuando entraba en la cocina Flavia le decía, entre hamburguesa y hamburguesa: “¡qué bien proyectas la voz, Carlos!; a ver, repite:
Le donne, i cavallier, l'arme, gli amori,

le cortesie, l'audaci imprese io canto...”
Carlos, quien dudo que hubiese leído nunca nada, se reía mucho, y Flavia se reía aún más imitando el tono de voz grave de Carlos. Flavia me apuntó estos versos en una servilleta, y por eso los tengo aquí delante.


Una noche un grupo de chavales empezó a alborotar en una mesa. Normalmente hay un guardia de seguridad por horas, pero en ese momento había salido. Flavia y yo estábamos atendiendo en el mostrador, pero como ya era tarde en ese momento no había nadie a quien atender. Los chavales se empezaron a meter con una chica que estaba sentada en la mesa de al lado -una de esas mesitas para dos personas. La chica era china y se limitó a bajar la cabeza y no decir nada. Los otros insistieron en sus bromas, cada vez de peor gusto. Yo llamé la atención a Flavia sobre la situación. Ella se quedó mirando y no dijo nada; me preguntó que dónde estaba el vigilante, y le dije que había salido y no volvería en unos quince minutos. “¿Qué hacemos?”, pregunté. Ella no dijo nada, se limitó a llevarse la mano al cuello y agarrar, con un gesto involuntario, el colgante que llevaba. Luego sonrió como solía hacer ella, y me dijo: “Ven; no tengas miedo, no va a pasar nada”.

Las dos salimos de detrás de la barra y nos acercamos a la mesa de los chavales. Eran cuatro. Flavia se plantó delante de ellos, y yo junto a ella; luego les dijo que ya era hora de cerrar, y que por favor se marcharan. Ellos la miraron sorprendidos, y luego uno -el más gallito del grupo- le replicó que qué se le había perdido a ella allí. Flavia entonces le miró fijamente, y dijo muy serena, con autoridad: “haced el favor de marcharos. Vamos a cerrar”. El caso es que no se lo dijo al cabecilla: se dirigió a todo el grupo. Y luego no se movió.

Debió de ser un milagro, porque los chavales se fueron hacia la puerta -echando alguna mirada por encima del hombro y haciendo algún comentario ofensivo, claro-; pero el caso es que se marcharon. Cuando salieron, le dije a Flavia: “¡eso sí que es proyectar la voz!”.

Flavia dejó el trabajo un poco después y desde entonces no la he vuelto a ver, pero cuando hace unos días, una noche de luna llena, he escuchado esta canción que me ha pasado un amigo -¡gracias, Diego!- y he visto luego de qué iba la letra, me he acordado de ella y creo que he entendido por qué llevaba ese colgante.

¡Un abrazo, Flavia!
Pandora.


Hymn to her
the pretenders

Let me inside you
Into your room
I've heard it's lined
With the things you don't show
Lay me beside you
Down on the floor
I've been your lover
From the womb to the tomb
I dress as your daughter
When the moon becomes round
You be my mother
When everything's gone

And she will always carry on
Something is lost
But something is found
They will keep on speaking her name
Somethings change
Some stay the same

Keep beckoning to me
From behind that closed door
The maid and the mother
And the crone that's grown old
I hear your voice
Coming out of that hole
I listen to you
And I want some more
I listen to you
And I want some more

And she will always carry on
Something is lost
But something is found
They will keep on speaking her name
Some things change
Some stay the same


Himno a Ella.

Déjame entrar en tu habitación,
he oído que está llena de las cosas que no muestras.
Recuéstame junto a ti en el suelo.
He sido tu amante desde el seno materno hasta la tumba.


Me visto como tu hermana en la luna llena;
Sé mi madre cuando todo se haya acabado.


Y ella continuará siempre,
Algo se pierde, pero algo se encuentra;
Continuarán pronunciando su nombre,
Algunas cosas cambian, otras siguen igual.


Sigue llamándome desde detrás de esa puerta cerrada,
La doncella, la madre y la hechicera que ha envejecido.
Oigo tu voz saliendo de ese hoyo,
Te escucho y quiero algo más,
Te escucho y quiero algo más.


Y ella continuará siempre,
Algo se pierde, pero algo se encuentra;
Continuarán pronunciando su nombre,
Algunas cosas cambian, otras siguen igual.


http://www.youtube.com/watch?v=P7gmszs4_-Y&feature=related

lunes, 21 de septiembre de 2009

Soy Pandora


Soy Pandora. Tengo veinticinco años. El otro día me encontré por la calle con un viejo -un tío con barba larga, un abrigo de color oscuro y una bolsa de la compra enorme; todo bastante desagradable, la verdad. El viejo se dirigió a mí; pensé que me pediría dinero para el tren, o para su hijo que necesitaba no sé qué medicamento, pero no: solamente me entregó un papel un poco arrugado, y en el papel había escritas a lápiz una dirección de e-mail, una cuenta de Blogger y su contraseña. Debajo ponía en letras mayúsculas lo siguiente -copio textualmente-:

“LAGRAMOLARONCA.
ESTE BLOG HA SIDO LIBERADO.
EL QUE RECIBA ESTA NOTA PUEDE SEGUIR MANTENIÉNDOLO, CERRARLO O DEJARLO COMO ESTÁ. AHORA EL BLOG ESTÁ BAJO SU ENTERA RESPONSABILIDAD. NO RECIBIRÁ NINGÚN CASTIGO NI PREMIO POR LO QUE HAGA.
VENECIA, DIECIOCHO DE SEPTIEMBRE DEL AÑO MMIX”.

Debajo había una especie de emblema que no conozco, y que he copiado aquí arriba.

Cuando me volví para preguntarle al viejo qué quería decir aquello ya se había ido.

Ayer domingo por la tarde tuve tiempo de buscar en Google y visitar por curiosidad el blog. Me ha gustado en general; ahora tengo la impresión de conocer un poco mejor al viejo que me dio el papelito (¡en realidad no sé si realmente era él el que escribía en el blog!), y aunque no me cae muy bien, he decidido contar la historia anterior. También he pensado en escribir una temporada aquí, aunque habrá que hacer algunos cambios, porque no tenemos exactamente los mismos gustos musicales y algunas entradas me parecen francamente nefastas. Nunca he mantenido un blog mucho tiempo -lo intenté hace año y pico y no duré ni una semana, soy un poco lunática e inconstante; de todas formas, si me canso, siempre puedo volver a liberar el blog.

Por cierto, nunca he estado en Venecia.

Besitos.
Pandora.