domingo, 19 de abril de 2009

cenizas en el aire

ariel rot (2000)

Estoy perdiendo gasolina
A punto de estrellarme otra vez;
No ves que estoy perdiendo altura
Necesito tu ayuda para seguir de pie.


Estuve revisando en los archivos
Buscando los motivos donde nunca los busqué
El tiempo avanza decidido desde el campo enemigo
Sin detenerse.


Estoy en el medio de la vía, en el medio de la vida
Si hay suerte tal vez;
Yo quiero despertarme cada día
Y darte la bienvenida otra vez.


Hay cosas que prefiero no mirar,
Hay otras que al mirar no pude ver;
Los sueños que no puedo recordar
Son como las canciones que no puedo componer.


Hay ofertas que no puedo rechazar,
Hay pactos que jamás voy a romper;
Las manos que no quiero estrechar
Son las que firman las leyes que no puedo obedecer.


La cabeza en la boca del león:
Soy un domador muy poco decidido
Tengo estilo pero soy mal jugador,
El premio de consuelo lo tengo merecido.


Se apagó la hoguera de la vanidad
Cenizas por el aire esparciéndose;
Parecía que era un juego
Y al final más de uno acabó mal,
Quemándose.


Estoy en el medio de la vía, en el medio de la vida
Si hay suerte, tal vez,
Yo quiero despertarme cada día
Y darte la bienvenida otra vez.


Hay cosas que prefiero no mirar,
Hay otras que al mirar no pude ver;
Los sueños que no puedo recordar
Son como las canciones que no pude componer.


Hay ofertas que no puedo rechazar,
Hay pactos que jamás voy a romper;
Las manos que no quiero estrechar
Son las que firman las leyes que no puedo obedecer.


Hay días que estoy realmente mal,
Hay días que estoy misteriosamente bien;
Se apagó la hoguera de la vanidad
Cenizas en el aire, esparciéndose.


http://www.youtube.com/watch?v=2CL3ZFInWy4

Cuando alguien escribe una canción o un poema, o cualquier otra obra, puede ser que otro lo lea y sienta que lo que el primero ha escrito le afecta, que forma parte de su vida. Soy aficionado a escribir cualquier cosa, montones de cosas; lo mismo me gusta escribir un informe perfectamente aburrido y que no va a leer nadie que estos comentarios intrascendentes que ahora perpetro. Digamos que escribir es una actividad que me gusta per se, por el placer de ella misma. Pero cuando he escrito algo para alguien, o algo de lo que he escrito le ha llegado a alguien y yo lo he sabido, entonces sí que el placer es completo, y llego a conocer el placer de escribir algo; al contrario que Machado (y al cabo nada os debo/debéisme cuanto he escrito), yo le debo todo al que leyó lo que escribí y, por casualidades de la vida, resulta que le gustó.

La canción de Ariel Rot es la canción de quien dibuja un personaje que se parece peligrosamente a uno mismo. En el fondo de todo esto, como también por ejemplo en muchas de las canciones de Sabina, está el mito de Narciso. Narciso, cazador griego de belleza infinita, desoye a la ninfa Eco, enamorada de él, pero que no es capaz de hablar más que repitiendo las palabras de su interlocutor; como resultado de ese problema de incomunicación avant la lettre, Eco es despreciada por Narciso. El final de Eco es trágico: rechazada, se oculta en cuevas y montes para siempre. El final de Narciso también es dramático, porque no habiéndose visto nunca en un espejo ignora su belleza, y al verla en el reflejo de una fuente, queda prendado de sí mismo y cae al fondo de la misma al intentar tocar su perfecta imagen, para morir ahogado.

Nosotros, los oyentes que sólo podemos repetir el estribillo que nos hemos aprendido de memoria, somos Eco, y estamos condenados a hundirnos en la tragedia que repite nuestro Narciso, el autor de la canción, que se mira a sí mismo, y que de tanto mirarse quizá está condenado a hundirse en el fondo de su pozo particular, mientras nosotros figuramos como testigos deprimidos e impotentes de la tragedia del que se ahoga.

¿Y qué tiene que ver esto con la canción propuesta y con lo glosado más arriba, las bondades de escribir algo y que alguien lo lea? En esta canción hay un personaje con el que no me gustaría identificarme y muchas metáforas que no me interesan mucho. Hay dos líneas que sí me gustan, y son bastante tontas:
hay días que estoy realmente mal
hay días que estoy misteriosamente bien

No tengo ni idea de por qué me han enganchado esos dos versos, quizá porque todos tenemos días malos y días buenos cuando a lo mejor tendríamos que estar peor, o porque me gusta cómo suenan y cómo encajan en la canción. Quiere decirse que a veces lo que llega de un texto no es lo que verdaderamente quiere transmitir, sino otras cosas tangenciales, secundarias, a las que quizá el autor no otorga ninguna importancia. En definitiva, y para reducir este fárrago a una frase: un texto no queda completo sin la interpretación del lector. Qué largo y qué pesado para una conclusión tan simple.

19.4.09

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